martes, 2 de febrero de 2016

Lo relativo del tiempo

Querido-a lector-a,

En uno de mis escritos anteriores aludía a la lectura como una forma de evasión cuando las circunstancias no nos son favorables. Por desgracia he vivido épocas en las que la salud me ha fallado y mas de una vez he tenido que echar mano de un libro para no mandarlo todo a paseo. Hace unos días una amiga que cumplía esa edad estratégica de los 50 se lamentaba de lo rápido que había pasado su vida. Con la mayor parsimonia de que fui capaz, me planté delante de ella y la miré fijamente a los ojos. Un poco mosca, me preguntó qué me pasaba. Le contesté que acababa de sentir una punzada de envidia hacia ella. Cuando después de poner cara de asombró me preguntó el motivo, le dije que cuando una vida pasa rápido es porque ha sido placentera y como la mía no lo ha sido en absoluto , de ahí mi envidia.
Creo que fue Einstein quien afirmó aquello de que el espacio y el tiempo son relativos. Pues mira querido-a lector-a, el espacio no lo sé, pero el tiempo te aseguro que sí por que lo he experimentado en mis propias carnes. Y me explico. Resulta mas que evidente que una hora tarda lo mismo en pasar en un reloj situado en la muñeca de alguien tomando unas cañas con unos amigos que en la de un enfermo hospitalizado. Pero para el enfermo las horas no pasan nunca y seguro que el contertulio llega un momento que mira el reloj y se asombra de lo rápido que ha pasado el tiempo.
Pues precisamente para eso me servía a mí la lectura en mis eternas horas de hospital, para que el tiempo pasara rápido, eso sí, tampoco me hubiera venido mal una cañita, y, ¿por qué no decirlo?, la visita de alguno de esos amigos-as con los que compartía esas cañas y que jamás aparecieron por allí. Pero bueno, esas experiencias sirven para en lugar de depurar responsabilidades, tan de moda ahora entre los políticos,  depurar amigos, que de vez en cuando no viene mal. Creo que hay dos tipos de amigos los de ji,ji,ja,ja y comidita los domingos, y los que de verdad te quieren. La pena es que estos últimos siempre están en franca minoría.
Bueno querido lector-a, es domingo y no quiero amargártelo con mis reflexiones.

Queda en paz

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