viernes, 26 de febrero de 2016

Cuentos con moraleja(Parte 2ª)

Querido lector-a,

Como lo prometido es deuda, aquí va el segundo cuento para leer a los niños-as de tu entorno.


Periquillo el Mentirosillo

Erase una vez, en un pueblito muy pequeño, vivía un niño que se llamaba Pedro. Desde siempre sus padres le llamaron Perico. Sin embargo, todos sus vecinos y compis del cole lo conocían como Periquillo el Mentirosillo.

A Periquillo le gustaba mucho decir mentirijillas. Sus papas le reñían cada vez que le oían contar alguna, pero él no hacía caso y seguía mintiendo y mintiendo,,,,

Algunas noches de verano, cuando veía como los murciélagos volaban de un lado a otro tratando de comerse a los mosquitos, Periquillo corría a su casa y le decía a sus papás:
-¡ He visto volar una bandada de dragones y yo solo me he enfrentado a ellos.!
-¡ Perico, di la verdad!, le reñía su mamá
Y Periquillo gritaba enfadado.-¡ Mamá, estoy diciendo la verdad!.
El papá de Periquillo, muy enfadado le dijo a su mamá: - Siempre será un mentiroso si no hacemos algo, voy a consultar al mago Fierabrus, él sabrá lo que tenemos que hacer.-.

Y dicho y hecho, se marchó a la cueva donde vivía el mago y le dijo:- Oh sabio mago, tengo un problema con mi hijo Perico-. El mago, un hombre muy viejo, con una gran barba blanca y una túnica hasta los pies, le dijo: -Sí, ya se que tu hijo es muy mentiroso. He visto en mi bola mágica que  le gusta mucho decir mentiras, y tengo la solución para ti.-
-Gracias, mago, muchas gracias- dijo el papá de Perico.- Dime lo que debo hacer y lo haré enseguida.-
El mago le alargó una pequeña botella y le dijo: - Hazle beber esta pócima. A partir de ahora, cuando diga una mentira se le pondrán de punta los pelos de la cabeza y todo el mundo sabrá que está mintiendo.-
El papá de Perico cogió el frasco y corrió a su casa. Cuando llegó, le dijo a Perico: - toma hijo mío, bébete esta medicina que me ha dado el mago para ti, así la próxima vez que te enfrentes a los dragones les podrás vencer.-
Perico, un poco extrañado de que su padre le hubiera creído, se tomó la pócima sin protestar.

A la mañana siguiente, la taza del desayuno del padre de Perico apareció rota.
-Perico.- le preguntó su madre.- ¿Quién ha roto la taza de papá?.
Perico contestó:- Yo estaba en la cocina cuando vi que la mesa se movía sola y la taza de papá como era la más grande se calló al suelo.-
Todavía no había terminado de decir esto cuando su pelo se puso de punta. Su mamá le gritó: -Perico, estás mintiendo, el mago nos dijo que al tomar su pócima cuando mintieras tu pelo se pondría de punta.-
Perico corrió al baño, cogió unas tijeras y se trató de cortar el pelo, pero no pudo, eran tan fuertes como alambres. Volvió corriendo a la cocina y le dijo llorando a su mamá:- Mamá, mamá, yo he roto el tazón de papá.- Al instante su pelo volvió a ser normal.

Desde ese día, cada vez que Perico mentía se le ponía el pelo de punta. Lo peor era cuando le pasaba en la escuela y sus compis le gritaban:- Periquillo el mentirosillo. Periquillo el mentirosillo-.

Gracias a la vergüenza que sentía cada vez que mentía, Perico terminó perdiendo la costumbre de mentir y sus papás se sintieron muy felices. En cuanto a Perico, nunca más mintió. Eso sí, procuraba no perder su pelo de vista por si acaso.

Moraleja: El peligro de mentir es creerse las propias mentiras.

P.D.:¿ imaginas querido lector-a si esa pócima del mago Fierabrus la tomaran algunos políticos?

Quedar en paz


                 


                                      




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