domingo, 20 de marzo de 2016

Los días de tal y cual

Estimado lector-a,

Ayer se celebró la llamada hora del planeta. Como sabes, cada año se apagan en todo el mundo las luces de los edificios más emblemáticos para tratar de concienciar sobre el problema que supone el calentamiento climático. Hoy se celebra nada menos que el día de la felicidad. No se tú, pero a mí tanto día dedicado y tanta celebración me está empezando a cansar. ¿ De verdad es necesario celebrar el día de la felicidad?. ¿No sería mejor que esos organismos que proponen este tipo de celebraciones, utilizaran su dinero y su tiempo en resolver esos problemas y no en publicitarlos?. Y hay muchos más, el día de la mujer, el día de la infancia, el día de los mayores, el día del cáncer, el día de la cruz roja, el de los refugiados y un largo etcétera.
A mí personalmente la celebración que más de lleno me toca es el día del cáncer. Es evidente que no está mal recordar de alguna forma que esta cruel enfermedad afecta cada año a millones de personas en el mundo. Lo que creo es que es ridículo celebrar un día y luego olvidarse del tema. En el caso del cáncer, no solo es importante dotar a los científicos de suficientes medios para investigación y a los médicos de mejores técnicas de diagnostico y tratamiento. Es también muy importante ayudar a los pacientes y su entorno a asumir la enfermedad y a no derrumbarse psicológicamente ante ella. Puedo hablar de esto con conocimiento de causa porque me pasé doce años luchando contra esta maldita enfermedad. Te puedo asegurar que durante estos años mi mayor preocupación, y creo que también la de muchos otros enfermos, es que mi familia no se dejara vencer por la situación, porque, como es fácil entender, el soporte de un enfermo son sus allegados. En esto realizan un papel muy encomiable los voluntarios de distintas organizaciones que trabajan directamente en los departamentos y las consultas de oncología de los hospitales. Ellos procuran, entre otras cosas, que a nadie le falta un café o un rato de charla durante las interminables sesiones de tratamiento. Mi afecto y reconocimiento a estos voluntarios y sus organizaciones.
Ya se que a pesar de todo vamos a seguir disfrutando de días para todos los gustos. Espero sinceramente que en un futuro ya no sea necesario celebrar el día de ningún problema porque haya alguien que se dedique a resolverlos y no a celebrarlos.
Ah, por cierto, ya que he hablado del cáncer, si alguno de mis lectores está sufriendo en estos momentos esta enfermedad, le mando un abrazo muy fuerte y solo le puedo decir que afortunadamente del cáncer se sale también, y para muestra yo mismo. Por lo tanto ánimo y a luchar.

Quedar en paz










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