Estimado lector-a,
Hace unos días una Amiga que sé que me lee a menudo, publicó en una red social algo que me conmovió. Hablaba de la importancia de un " buenos días" y decía, con toda la razón, que lo importante cuando envías un "buenos días" a alguien no es el deseo, es que te estás acordando de esa persona.
Muchas veces recibo de esta Amiga un "buenos días" acompañado casi siempre de una imagen de un café humeante. Te puedo asegurar que ese "buenos días" ha terminado significando mucho para mi. En esta época de mi vida en que tanta gente se ha olvidado de tantas cosas, resulta gratificante que alguien te recuerde y te envíe un saludo con los mejores deseos.
Hay amistades que, a pesar de la distancia, permanecen inalterables a lo largo del tiempo. Resulta curioso que esos lazos invisibles que te han unido alguna vez a ciertas personas se conviertan en algo irrompible. Yo creo que esto tiene mucho que ver con las circunstancias en que has conocido a esas personas. A esta Amiga a la que me he referido, la conocí en la peor época de mi vida y en las peores circunstancias posibles. Sin conocerme siquiera, encontré en ella un apoyo que no encontré en gente muy cercana. Ella fue capaz de ponerme una sonrisa cuando el dolor y la enfermedad estaban a punto de vencerme. Creo que nunca te lo agradeceré bastante.
Pues precisamente de esto va mi escrito de hoy, de amistad. No se si gracias a las redes sociales o a pesar de ellas, la palabra amistad y todo sus derivados es mas utilizada que nunca. De lo que no estoy seguro es de que el concepto de amistad actual no esté más cerca del mero conocido que del amigo. Me asombra enormemente que mucha gente presuma de tener miles de amigos en cualquiera de las redes sociales, o se jacte de pertenecer a docenas de grupos de whassat. Lo curioso es que a la mayoría de esos presuntos amigos ni siquiera los conocen personalmente. Hace unos años, cuando empezaban a funcionar los chats (casi obsoletos ya por la pujanza de Facebook, twiter, etc), a pesar de no conocerse en persona, se podía llegar a sentir por tu amigo-a de chat una gran estima e incluso en algunos casos que conozco, verdadero amor. Pero la diferencia era que las charlas con estas personas llegaban a ser tan íntimas que llegabas a sentirlos enormemente cerca. Pero ahora, todo se limita a compartir, retuitear, darle al me gusta y poquito más. Pero bueno, supongo que todo cambia y en cuanto a tecnología se refiere a una velocidad vertiginosa.
Yo sugiero que hagamos un uso razonable de la tecnología, pero que no olvidemos que no hay nada como una charla en persona, y si además se acompaña de un buen yantar, pues mejor que mejor. Eso sí, vamos a procurar acordarnos de la gente que queremos y nos quiere y enviar muchísimos "buenos días".
Quedar en paz
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