En estos días se cumple en aniversario del nacimiento de Julio Verne (nació el 8 de febrero de 1828). Todos conocemos sus grandes obras de viajes y aventuras pero es menos conocida su labor divulgativa de temas científicos de su época. El genial novelista tenía una idea en la cabeza: tender un puente entre la ciencia y la literatura, acercando los avances científicos y el espíritu de aventura de la época a todos los públicos.
La colección "Viajes extraordinarios" nació en 1862 cuando tras escribir "Cinco semanas en globo", Verne conoció al editor Jules Hetzel, personaje fundamental en la vida del novelista, con el que firmó un contrato para escribir y publicar tres novelas anuales (eso sí que es trabajar y no lo que hacen algunos escritores actuales) como parte de un programa educativo dirigido a la juventud. En el prefacio a las Obras completas, Hetzel escribió que aquello era un intento de resumir todos los conocimientos geográficos, geológicos, físicos y astronómicos amasados por la ciencia moderna.
Julio Verne ha sido un ejemplo para muchos científicos. El almirante Byrd afirmó que si no hubiera sido por Verne no habría ido nunca al polo sur. El químico ruso Dimitri Mendeleiev calificaba a Verne de genio científico y leía constantemente sus obras. Y Yuri Gagarin, el primer astronauta, dijo en una ocasión: " Ha sido Verne quien me ha hecho decidirme por la astronáutica".
Lo curioso es que Verne estaba más orgulloso de esta labor didáctica que de haber escrito sobre el automóvil, el submarino o el dirigible, adelantándose al funcionamiento de estos inventos.
Ya ves querido lector-a que no siempre se triunfa con aquello que más orgullo o pasión nos inspira. Por cierto, hace unos años se publicó en España la obra completa de Julio Verne en el mismo formato en que la publicó Hetzel. Tuve la suerte de poder adquirirla y para mi es uno de los tesoros más queridos de mi biblioteca. Muy a menudo releo alguna de sus novelas y no dejo de disfrutar con ellas. Os sugiero que probéis este ejercicio, no cansa y aunque con él no se pierde un gramo, tampoco se suda.
Quedar en paz
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