Hoy te voy a hablar de una de las mayores maravillas del arte del antiguo Egipto, el templo de Abu Simbel, construido por Ramses II no solo para conmemorar los éxitos de su reinado si no también en honor de su esposa Nefertari, el gran amor con el que compartió sus años de gloria.
Curiosamente este templo no fue conocido en occidente hasta principios de siglo XIX y su descubrimiento fue obra de dos aventureros cuyas vidas merecen que nos asomemos a ellas.
El primero que visitó el templo en uno de sus viajes fue un intrépido viajero suizo llamado Johan Ludwig Burkhardt en 1813. Lo curioso de este personaje es que recorrió los países musulmanes bajo el nombre de Ibrahim Ibn Abdallah o jeque Ibrahim. Llegó incluso a visitar los lugares santos musulmanes, La Meca y Medina, amparándose en su excepcional conocimiento del árabe y del Corán y su perfecta aclimatación a la cultura oriental. De haber sido descubierta, esta superchería le habría costado la vida pero, asombrosamente, salió indemne de todos sus viajes. Cuando llegó a Abu Simbel estaba casi totalmente enterrado por las arenas del desierto. En una primera valoración desde el túmulo rocoso que corona el templo no fue consciente de su hallazgo, pero al contemplarlo desde el Nilo se dio cuenta de su grandiosidad.
De vuelta a El Cairo conoció a otro aventurero, un italiano llamado Giovanni Benzoni ,antiguo artista de circo bajo el nombre de " El Sansón Patagónico", reconvertido en buscador de antigüedades. Benzoni y Sarah, su intrépida esposa viajaron a Abu Simbel, en la segunda catarata y emprendieron la limpieza de arena de la entrada del templo. Los meses que estuvieron allí tuvieron que enfrentarse a los jefes tribales locales que pretendían aprovecharse al máximo de los para ellos incautos extranjeros y hasta que consiguieron despejar la entrada
Cuando por fin consiguieron acceder, se encontraron con la majestuosidad del vestíbulo del gran templo, decorado con ocho gigantescas estatuas osiríacas de Ramses II y los relieves con las gloriosas gestas del faraón en la batalla de Quadesh.
Desde entonces Abu Simbel se convirtió en centro de estudios y excavaciones que destaparon entre otras curiosidades la bella historia de amor entre los reyes que lo hicieron posible.
Espero que os haya gustado esta pequeña historia de arte, cultura, aventuras y amor.
Quedar en paz
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