sábado, 21 de enero de 2017

Los Hijos de las piramides

Estimado lector-a,

Muchas veces cuando hablamos de la civilización faraónica tenemos la impresión de estar tratando de las maravillas creadas por un pueblo ya desaparecido. Pues nada más lejos de la realidad, porque los descendientes directos de aquella cultura siguen habitando el actual Egipto musulmán. Estoy hablando como ya imaginarás del pueblo copto. El origen de la rápida cristianización del pueblo copto está en Alejandría y su artífice fue San Marcos. Esta rapidez aunque a primera vista resulte sorprendente en realidad no lo es. En realidad el cristianismo coincidía con la antigua religión egipcia mucho más que con las creencias de griegos y romanos, de ahí que estos últimos no consiguieran en varios siglos lo que San Marcos consiguió en pocos años. Por ejemplo, la idea cristiana de la Trinidad, el hecho de que Dios sea a la vez una y tres personas (el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo), encajaba perfectamente con la concepción religiosa de los egipcios, dado que para ellos el número tres era el símbolo de lo plural.

En la antigua religión egipcia, Horus había nacido de la diosa Isis, que lo concibió de forma milagrosa y sin intervención de varón, (creo que esto nos suena a los cristianos). El esposo de Isis, Osiris, había sido asesinado y descuartizado por el dios del mal Seth. Isis recuperó y recompuso los fragmentos de Osiris y le insufló vida consiguiendo su resurrección (en este caso en lugar del hijo resucita el padre pero no me negarás que nos sigue sonando).

La religión funeraria egipcia se basa en la superación de la muerte, un regalo que Horus concede a sus fieles para enviarlos al reino de su padre Osiris. De este modo en la religión egipcia , al igual que en la cristiana, al final es el hijo quien salva al creyente de la muerte y posibilita la resurrección. No quiero ser pesado, pero es más que evidente el por qué de la rapidísima evangelización del pueblo copto. Con todo esto no quiero hacer tambalear las creencias de nadie, Dios me libre, porque es evidente que estas coincidencias se pueden tomar o como una influencia de la religión egipcia en las creencias de los judíos que permanecieron esclavizados en Egipto muchos años,con la posterior liberación a cargo de Moises, o bien la confirmación de que la llegada del Mesías no solo era conocida por el pueblo judío si no que le fue revelada mucho antes a otros pueblos. En fin, prefiero no meterme en ese "sembrao" teológico-histórico porque "doctores tiene la iglesia".

Hay un símbolo que para el pueblo copto fue muy fácil asumir como propio, la cruz, ya que el signo jeroglífico ankh (una cruz con una especie de lazo en la parte superior), significaba vida y muy pronto se asoció a la resurrección de los muertos.

El pueblo copto ha sido el único grupo cristiano que no ha evolucionado en sus creencias, practicando actualmente el cristianismo tal y como se lo predicó San Marcos.

La lengua copta actual es una mezcla entre el demótico, una forma simplificada de la escritura jeroglífica, y el griego, una prueba más de que realmente este pueblo es el descendiente directo de los constructores de las pirámides y la basta cultura que giró alrededor de ellas.

No quiero terminar mi artículo de hoy, sin expresar mi repulsa por las persecuciones que en la actualidad sigue sufriendo el pueblo copto a manos de una pandilla de fanáticos religiosos, para los que la única forma de afianzar sus creencias es eliminar a los que tienen otras distintas.

Pues nada querido lector-a, a partir de ahora debemos tener claro que si viajamos a Egipto puede que nos encontremos por la calle a algún primo lejano de Tutankamon.

Quedar en paz  




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