lunes, 19 de septiembre de 2016

La inteligencia y los malos hábitos

Estimado lector-a,

Hace unos días me llegó un informe de una universidad americana(que raro), en el que se relaciona la inteligencia con determinados hábitos que yo siempre he considerado malos, a saber, el lenguaje grosero, el desorden o la falta de uniformidad en los horarios (el clásico trasnocheo).

Siempre se ha considerado que aquellos que utilizaban groserías era porque tenían un vocabulario limitado. Pues bien, parece ser que no, la diferencia es que una persona inteligente sabe muy bien como utilizar los llamados tacos, o sea es consciente de en qué momento fastidia más a los demás si los utiliza.

También se ha observado que las personas con más inteligencia se desvelan más como consecuencia de la mayor actividad de su cerebro, por lo que a la mañana siguiente no suelen tener prisa en levantarse. Tenemos ejemplos en personajes destacados como Darwin o Churchill.

En cuanto al desorden, en el informe de marras aparece una foto del caótico escritorio de Einstein. Es uno de esos escritorios que dan ganas de meterte en la fotografía y ordenarlo. Al parecer, durante su trabajo estos genios están tan abstraídos que no les importa el caos que les rodea.

Por último, parece ser que los súper inteligentes son mas bien sedentarios ya que lo único que les importa es su mundo interior.

Te confieso que, después de leer todo esto, yo también me he quedado un poco traspuesto porque acabo de darme cuenta de que soy un auténtico zoquete. Vayamos por partes:

No soy dado a utilizar groserías cuando hablo, bueno no niego que alguna vez se me escape alguna, pero no es lo habitual, Mas bien, prefiero exponer mis razones sin levantar la voz y con la mayor tranquilidad. Es decir que de listo, nada de nada.

Las pocas veces que me desvelo no es precisamente por exceso de actividad intelectual, mas bien por algún exceso cometido durante esas cenas de amiguetes en la que uno come lo que no debe. Es decir que de listo, nada de nada.

Soy extremadamente ordenado, reconozco que hasta un punto un poco ridículo. No soporto ver mi mesa de trabajo desordenada o cualquier objeto fuera de su lugar en mi casa. Es decir que de listo, nada de nada.

Eso sí, en lo que soy un auténtico superdotado es en lo de la falta de actividad física. Sí, ya se que hay que hacer ejercicio. Lo sé y lo intento no vayas a creer. Mira, cerca de mi casa hay un parque precioso donde suelo ir a intentar caminar un rato. Y digo intentar porque en medio de ese parque a algún político desarmado se le ocurrió situar un lago artificial con una arboleda, y en ella unos bancos bastantes cómodos. Ya te puedes imaginar donde paso la mayor parte del tiempo que estoy en el dichoso parque.

En fin, espero que el hecho de no ser un deportista cachas me dé la inteligencia que me quita el ser educado, ordenado y madrugador.

Quedar en paz





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