viernes, 20 de mayo de 2016

El poder de las piramides

Querido lector-a,

Como sabes soy un entusiasta de la egiptología y de todo lo que se relacione con esa apasionante ciencia. Hace unos años acudí a una presentación de un libro que trataba sobre el efecto terapéutico de las pirámides. La verdad es que el tema me pareció un tanto exotérico y lo dejé aparcado muy al fondo de mi memoria. Como últimamente puedo dedicar mas tiempo a organizar mi biblioteca, acabo de localizar un libro del alemán Erich von Däniken que trata entre otros este tema. He estado leyendo su opinión sobre el efecto de las pirámides sobre la materia y realmente los experimentos que relata, sin entrar en parasicologías baratas, son dignos de ser tenidos en cuenta:

Un ferretero de Niza, Antoine Bovis se llamaba, en un viaje turístico a Egipto, acudió a una de esa excursiones para turistas que llegan hasta la cámara funeraria de la Gran Pirámide. Mientras el resto de los turistas seguían las explicaciones del guía, Monsieur Bovis deambulaba sin rumbo por la cámara cuando encontró un pequeño ratoncito del desierto muerto. A saber cómo había llegado hasta allí esa pequeña criatura. Había algo que llamó la atención de nuestro turista en el pequeño cadáver, por lo que, como era hombre curioso, lo cogió del suelo y al principio no creyó lo que estaba viendo, el ratón en lugar de estar en proceso de descomposición, estaba totalmente embalsamado por lo que su peso era mínimo. Cuando el ferretero volvió a su casa, construyó una pequeña pirámide de unas medidas que guardaban proporción con las de la Gran Pirámide. Mas o menos en la tercera parte de la distancia entre la base y el vértice superior instaló una plataforma de madera para imitar la ubicación de la cámara funeraria de la Gran Pirámide y por supuesto orientó una de las caras de su pirámide hacía el norte. Justo allí colocó un filete de carne y cerró la pequeña pirámide. Al mismo tiempo y junto a ella pero en la parte exterior, situó un filete idéntico. Esperó varios días y el resultado fue asombroso, el filete interior había perdido todo el agua y estaba perfectamente embalsamado. Por supuesto, el filete exterior se había descompuesto y presentaba un aspecto nauseabundo.

Pero esto no queda aquí. ¿Sabes que en la antigua Checoslovaquia existía una patente (la número 91.304) de un afeitador de cuchillas de afeitar muy peculiar?. El inventor fue el ingeniero Karl Drbal y el invento era una pirámide muy peculiar. Construida también a la misma escala que la Gran Pirámide y orientada también en la dirección norte sur, el ingeniero observó que al introducir en ella una cuchilla usada, a los pocos días aparecía en perfecto estado de uso. ¿Qué provocaba en este caso que nada menos que una aleación de acero se regenerara de forma espontanea?. Pues sabe Dios, lo cierto es que la industria del afeitado podía empezar a temblar.

¿Cómo explicar este fenómeno?. Científicos norteamericanos (ellos tenían que ser), han tratado de explicarlo afirmando que la energía de los objetos que se introducen en una pirámide no puede escapar de ella, en pocas palabras se refleja en las paredes y vuelve al objeto. Este proceso de reflexión energético es lo que provocaría la regeneración de la materia. ¿Curioso verdad?.

Como anécdota me voy a referir a la que vivió uno de los personajes más importantes de la historia, Napoleón Bonaparte. Durante su campaña de Egipto, los científicos que le acompañaban, (entre ellos nada menos que Champollion, el primer egiptólogo que logró leer los jeroglíficos), informaron al Emperador de esta teoría sobre la regeneración de la materia en las pirámides. Pues ni corto ni perezoso, decidió pasar una noche entera completamente solo en la cámara funeraria de la Gran Pirámide. No sé si será casualidad o no, pero meses después conquistó con su ejercito casi toda Europa.

Actualmente algunos científicos, evidentemente sin intereses en la industria farmacéutica, están trabajando sobre el efecto beneficioso de las pirámides para la salud humana. Un poco más arriba he hablado de energía y de reflexión. Al fin y al cabo, ¿No es esto lo que nos está diciendo desde hace milenios la medicina oriental a través de la acupuntura?. Ya sé querido lector que si eres sanitario ya estarás poniendo el grito en el cielo. Pero mira, como paciente muy experimentado, solo puedo decir que lo importante es que la técnica que se utilice cure o por lo menos alivie el sufrimiento al paciente. De donde venga esa técnica o el acento de quién la utilice a mi personalmente me importa un pepino(con perdón). Por lo tanto, admirados científicos, sigan ustedes experimentando con apertura de miras y que Dios les ilumine, porque dolor y enfermedades en el mundo nunca van a faltar.

Quedar en paz



No hay comentarios:

Publicar un comentario